¿Cómo supe que tenía ansiedad lingüística?

¿Me creerías si te dijera que descubrí lo que era la ansiedad lingüística el año pasado? Tuvieron que pasar casi 30 años para que al fin le pudiera poner nombre a todo lo que experimenté en los últimos 15 años de mi vida.

No recuerdo cómo sucedió. Solo sé que mi vida cambió gracias a una entrevista. Era marzo de 2022 cuando leí las palabras de Inés Ruiz.

Cuando decides aprender un idioma, le dices sí a conocer una nueva cultura. Pero nadie te cuenta que ese sí está cargado de inseguridades que van más allá de hablar, escribir, escuchar y leer en una lengua extranjera.

Cuando te enfermas, vas a un centro médico para que te revisen. Te preguntan cuáles son tus síntomas para derivarte con una persona especializada. Al final sabes que saldrás con un diagnóstico y una receta para tratar ese problema médico.

¿Pero qué pasa cuando sientes tanto y encuentras poco?

Como una hispanohablante que se matriculó a clases de inglés, tuve momentos en donde no me sentía suficiente del conocimiento que iba adquiriendo. Me ponía nerviosa tener que hablar en inglés delante de la persona que me estaba enseñando y de toda la clase. Me sudaban las manos, la voz se me entrecortaba y el corazón me latía a mil por hora. Me sentía vulnerable porque no estaba segura de mí y de mi dominio del inglés.

“¿Por qué mi inglés no podía ser igual que mi español?” Mi yo del pasado se olvidaba de que estaba comparando mi idioma materno con la lengua extranjera que estaba aprendiendo.

Me frustraba cómo todo se me podía olvidar en cuestión de segundos. Tanto así que no tengo ningún recuerdo de las clases de mi primer año aprendiendo inglés. Lo único que recuerdo fue sentarme en grupo para coordinar un trabajo grupal.

Las participaciones en clase se me hacían eternas. No la pasaba bien por cómo yo me sentía. Los temas me podían gustar, pero me cohibía exponerme delante de otras personas. Era como si mi cuerpo se preparara para las críticas que mi mente imaginaba. La idea de sentirme juzgada por una palabra mal pronunciada me perseguía. Lo más tonto fue pensar que hablar inglés con mi acento estaba mal. Reconozco que me cegaba la idea de tener acento estadounidense. Tuvieron que pasar años para darme cuenta de que tener acento es lo más normal que hay. Me reconforta saber que tener acento demuestra que alguien habla más de un idioma.

No sé cómo mi mente podía imaginar tantas historias. Historias que lograban su cometido: Llenarme de inseguridades. Podía esperar hasta el final para participar. Y cuando me atrevía, sentía tanta paz y mucho orgullo por esa pequeña gran victoria.

Aunque al principio cada clase de inglés parecía una montaña rusa de emociones, poco a poco todo iba mejorando. Igual tenía momentos de frustración, pero ya no eran como antes. Pasaban los años y sentía que podía controlar esa mezcla de emociones, pero aún así me preguntaba por qué me sentía ansiosa en mis clases de inglés y si era la única que no siempre la pasaba bien en esa hora y media.

Pero vi la luz cuando me topé con una entrevista que le puso nombre a lo que siempre sentí. En ese momento todo tenía sentido…así fuera años después.

Inés Ruiz es licenciada en Traducción e Interpretación. Fue la persona que me hizo descubrir y conocer la ansiedad lingüística. Aún recuerdo cómo me identificaba en cada línea de la entrevista. Nunca se me hubiera ocurrido que expresarme en un idioma que no fuera mi idioma materno podía ser la causante de tener un tipo de ansiedad.

Mi vida cambió en un año gracias esa entrevista. Me abrió los ojos al hecho de cómo la ansiedad lingüística puede tener un impacto incalculable en el aprendizaje de idiomas. Te puedes frustrar tanto y tan rápido que puedes bloquear tus ganas de dominar el idioma que siempre soñaste.

Tener ansiedad ansiedad lingüística es común de lo que parece. El problema es que nadie habla de ella.

¿Sabías que existía la ansiedad lingüística?

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